Dímelo cantando: una oda a Cristo el integrador de todo




Colosenses 1:15-20 NVI

Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.
 Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente.
Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero.
Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz.



Introducción

Durante su primer encarcelamiento en Roma, Pablo recibió la visita de Epafras quien llevaba noticias sobre la condición de la iglesia de Colosas. Su informe mostraba cosas positivas, pues el evangelio estaba produciendo abundante fruto y por lo cual Pablo da gracias a Dios (Col. 1:1–6).[1] Sin embargo, también le habló sobre una peligrosa y falsa doctrina que se estaba proliferando entre los colosenses, la cual era un intento de combinar la fe cristiana con otras filosofías provenientes del paganismo que podían aludir a algunas herejías, por lo tanto, el autor escribe una carta a la iglesia para tratar este tema y evitar que se extiendan e infiltren esas peligrosas líneas de pensamiento entre los creyentes, animándoles a no apartarse de la enseñanza pura de su fiel pastor, Cristo. Una de las herramientas pedagógicas utilizadas por el apóstol en esta carta es un himno contenido en el pasaje estudiado, el cual está centrado en la premisa que Cristo es el primogénito de la creación, de la iglesia y la resurrección, por esta razón, Pablo hace un llamado a los creyentes para que dirijan su atención únicamente hacia Cristo y eviten esas prácticas paganas.
Según el pastor y teólogo Jovanni Caballero, "para leer y predicar un texto cualquiera debemos empezar considerando, al menos, tres dimensiones que configuraron y vieron nacer el texto: 1). La dimensión histórica; aquí consideramos la cultura, la sociedad, la política, etc. 2). La dimensión literaria; en esta parte tratamos de entender las diferentes formas literarias que el texto tiene entendiéndolo como “literatura”. 3). La dimensión teológica, el texto habla de Dios y su relación con su creación. En este sentido, el autor bíblico tiene una agenda “teológica” que responde a necesidades particulares de sus lectores". En nuestro caso, empezaremos por la parte literaria y luego con la histórica y teológica. 

1.      Observación
1.1  Identificación del género literario
 Género Literario: Epistolar
           Las epístolas por lo general eran cartas enviadas a personas o comunidades con múltiples propósitos; consolar, exhortar, corregir, instruir, que respondían a una o varias situaciones particulares que necesitaban ser resueltas.

Características
        Generalmente las epístolas tienen estructura de las cartas del mundo grecorromano del primer siglo: introducción, desarrollo, implicaciones del tema en desarrollo, conclusión.

Subgénero: Himno
      Los versículos 15–20 forman una unidad. Si este pasaje no es una joya literaria compuesta por el apóstol mismo, probablemente fue un himno u otro testimonio de estructura más o menos fija perteneciente a la iglesia primitiva, y adoptado por Pablo para colocarlo aquí con o sin alteración, conforme a lo que fuese más apropiado para satisfacer las necesidades de la iglesia de Colosas.[2] Pero a juicio propio, consideramos que era natural que Pablo, una persona altamente emocional y escribiendo acerca de un tema excelso (la preeminencia de Cristo), se expresara en una manera tan solemne. Y dado que muchos pasajes del Antiguo Testamento, tan familiares a Pablo, alababan la majestad de Jehová usando una fraseología formada por paralelismos (Sal. 93; 96; 103; 121; 136; 145–150; etc.), el apóstol, guiado por el Espíritu, podría casi naturalmente expresarse en un lenguaje similar al exhibir la majestad de Cristo.[3]

1.2  División interna del texto

  I.            El primogénito de la creación (V 15-17)
El versículo 15 y 17 afirman quién es el primogénito de todas las cosas creadas y el v16 explica por qué es el primogénito.
  II.          El primogénito de la iglesia y de la Resurrección (V 18-20)
El versículo 18 afirma que el primogénito es el primero como cabeza de la iglesia y el primero en la Resurrección y los v19 y 20 explican por qué es el primogénito de la iglesia y la resurrección.

1.3  Patrones literarios y relaciones estructurales

·         Repeticiones

Él (x 10) v15-20

ÉL es (x3) v15, 17 y 18.

Dios (x2) v15, 19

Creación, creadas, creado (x3) v15-16

El principio, el primogénito, el primero (x4) v15, 18

El cielo (x2) v16, 20

La tierra (x2) v16, 20

Todas las cosas (x3) v16,17, 20

Todo, toda, todas (x8) v15-20

Por medio de él (x4) v16,17, 20

Invisible, invisibles (x2) v16, 17

Porque (x2) v16,19

Para (x2) v15,18

·         Contrastes

Cielo vs tierra v16, 20

Visibles vs invisibles v16

·         Alternancia

Él es el primogénito (v15)

Razones del por qué es él primogénito (v16)

Él es el primogénito (v17, 18)

 Razones del por qué es él primogénito (v19, 20).

·         Inclusión

Él primogénito de toda creación (v15)

por medio de él fueron creadas todas las cosas (v16)

Él es anterior a todas las cosas (v17).

·         Efecto-causa

Él es el primogénito de toda creación (Efecto)  porque por medio de él fueron creadas     todas las cosas en el cielo y en la tierra (causa). (v15-16).

Él es el primogénito de la resurrección (Efecto)  Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas (Causa). (v18-20).

·         Propósito

todo ha sido creado por medio de él y para él. (v15)

el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. (v18)

·         Agencia

por medio de él fueron creadas todas las cosas (v16)

todo ha sido creado por medio de él (v16)

por medio de él forman un todo coherente (v17)

y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas (v20)

haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz (v20)

·         Comparación

tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo (v20).


2.      Interpretación
2.1  Historicidad
2.1.1        Factores sociales, religiosos, y costumbres de la época

      Algunos de los que estaban errados en Colosas querían enfatizar en las formas de rigurosa espiritualidad humana que se encontraban en su cultura (Col 2: 16 – 23); los agregados ascéticos solo apartarían de la fe en Cristo a los creyentes de esta comunidad. El ascetismo (privar al cuerpo físicamente de las necesidades básicas) estaba en auge en el paganismo y muchos lo consideraban un medio de alcanzar poder espiritual o experiencias de revelación (conocimiento). Aunque gran parte del judaísmo palestino se oponía a esta corriente, en otras partes del imperio el judaísmo y el cristianismo adoptaban las características de la cultura circundante, y a veces los paganos asociaban al judaísmo local con el ascetismo (relacionando el sábado con el ayuno, aunque las formas de judaísmo que se conocían no hubieran ayunado este día).[4]

      Por otro lado, hubo una tendencia de pensamiento en la iglesia primitiva llamada gnosticismo. Sus devotos eran llamados gnósticos, que más o menos significa los intelectuales. Estos hombres estaban insatisfechos con lo que ellos consideraban la grosera simplicidad del cristianismo y deseaban convertirlo en una filosofía y alinearla con las otras filosofías que eran mantenidas en ese momento.

      Los gnósticos comenzaron con la suposición básica de que la materia era completamente mala y el espíritu era completamente bueno. Ellos sostuvieron además que la materia era eterna y que salió de la materia malvada con que el mundo fue creado. El cristiano, para usar la frase técnica, cree en la creación a partir de la nada; el gnóstico creía en la creación originada de la materia malvada.[5]

2.1.2        Factores filosóficos
      Problemas filosóficos
      Posiblemente Epafras había dado a Pablo noticias sobre una peligrosa y falsa doctrina que se estaba infiltrando entre los colosenses, era un intento de combinar la fe cristiana con otras ideologías. Pablo no la define claramente, sino que da algunos elementos que la conforman según expertos comentaristas:

·         Se hace referencia a un sincretismo entre la filosofía y la religión, lo que alguien ha denominado “sincretismo judeo-pregnóstico”, ya que el gnosticismo como tal todavía no se había desarrollado. Este, influenciado por la filosofía platónica desde la afirmación “la materia es mala en sí misma, lo del espíritu es bueno”. Esto conducía a indicar que solamente Dios es bueno y que por lo tanto él no podía crear la materia que es mala y desplazaba a Cristo de su preeminencia en todo.

·         La presencia de ángeles. Surgió como enseñanza para explicar la existencia de la “materia es mala” y estos ángeles eran intermediarios entre Dios y el hombre. Los ángeles jugaban un papel de importancia y existía una jerarquía de mediadores, que entre otras cosas eran también creadores. Para conseguir la reconciliación con Dios, no era suficiente venerar a Cristo sino también a estos seres angélicos.

·         Pablo debe disertar sobre la dignidad del Hijo, para dejar claro que la confianza en los ángeles carece de sentido.

·         Intelectualismo. Se afirmaba que Cristo no es suficiente, se requería de “filosofías y vanas sutilezas”. Otros apelan a las especulaciones bíblicas sobre el papel creador de la Sabiduría divina.[7] 

·        Proclamación marcionista de que el Padre de Jesús era un Dios distinto al del Antiguo Testamento y atribuye el aspecto, la semejanza y la figura de Cristo a un fantasma.[8]

·      Según los gnósticos Jesús no era más que uno entre muchos intermediarios; y que, por muy glorioso que fuera, era solo una revelación parcial de Dios.

·     Según los gnósticos, el que llevó a cabo la obra de la creación fue un dios inferior, que desconocía al verdadero Dios y Le era hostil.[9]

·       En el siglo IV los arrianos se apoyaron en este pasaje en la palabra “primogénito” para sostener que Cristo, a pesar de ser el primero, pertenece al orden de las criaturas.[10]

El himno a Cristo: una respuesta de Pablo a los problemas filosóficos

  ¿Por qué Pablo empleó la aparente forma de himno? ¿Tendría la intención de que con su representación de Cristo mediante un himno, le daría una mayor fuerza para la refutación de la herejía actuando por medio de la adoración cristiana? La forma de himno sin duda alguna sería más memorable para tal propósito. El uso efectivo del himno por parte de Pablo indica que a los herejes también les quedaría claro la posición de Cristo, y la iglesia entendería mejor los conceptos  y verdades establecidos en él.[6] Este himno según la intención de Pablo cumple entonces una función pedagógica, por ser un instrumento que facilita la recordación, interiorización, enseñanza y transmisión de tales verdades fundamentales acerca de Cristo. En todo caso, este himno en la carta a los Colosenses contiene una serie de declaraciones que exaltan la deidad y humanidad de Cristo. Esta forma de expresión llamada himno, pertenece a un género literario que era muy común en aquella época, y se le conoce como oda (del canto griego), la cual era un subgénero lírico y una composición poética de tono elevado o cantado, que trata asuntos diversos entre los que se recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se cante, puede ser religiosa, heroica, filosófica, o amorosa. En general se aplica a todo poema destinado a ser cantado. Se utiliza también para hacer alabanzas a cualidades que poseen personas u objetos que el poeta quiere destacar positivamente. Antiguamente se cantaba con el acompañamiento de un instrumento musical. En la Antigua Grecia donde tiene sus principios, existían dos tipos de odas: las corales y las cantadas por una sola voz (monodia). Se componían odas a los dioses, héroes y atletas, celebraban las virtudes militares y a los guerreros, a los amantes y al amor. Hoy en día conocemos una composición muy famosa que guarda relación, como es la oda a la alegría musicalizada por Beethoven.

  Teniendo en cuenta lo anterior, vemos entonces como Pablo, en el propio terreno de los intelectuales griegos les está respondiendo de forma irónica con una forma de canto que les es familiar, pero de contenido chocante para ellos; en el que Pablo exalta a Cristo como critica a las filosofías griegas; alabando a Cristo como la sabiduría en persona al alcance de todos, no oculta, no como privilegio de unos pocos, tal como pretendían los intelectuales. También presenta a Cristo a la iglesia gentil de Colosas (de trasfondo griego y romano) como aquel en quien se une lo divino y lo humano para calificar como mediador, contrario a las corrientes de pensamiento de la filosofía platónica, por medio de los siguientes argumentos: 

La imagen del Dios invisible. En varias ocasiones se dice en la Bíblia “nadie puede ver a Dios sin morir” (Ex 19,21; 33,20; etc.). El judaísmo desarrolló notablemente este sentido de la trascendencia de Dios; se puede encontrar un eco de este hecho en el Nuevo Testamento (N.T.) (Jn 1,18; 1 Ti 6,16). Por eso mismo se plantea el problema de los intermediarios entre Dios, invisible en sí mismo, y el mundo. Filón de Alejandría es un buen representante de esta búsqueda. Filón presenta la sabiduría de Dios como “principio (arché), imagen y visión de Dios.[11]
Con esto, es como si Pablo les dijera a los griegos: Los últimos seiscientos años ustedes han estado soñando, pensando y escribiendo acerca de la Razón, la Mente, la Palabra, el Logos de Dios; le llamaban el eikón de Dios; ese Logos ha venido en Jesucristo para que le podamos ver claramente. Nuestros sueños y filosofías se han cumplido en Jesucristo.[12]

El primogénito. El título de primogénito aparece dos veces en el texto, al comienzo de cada una de las estrofas. (Prototókos) significa primer nacido; sugiere que llegaron luego otros hijos. En las civilizaciones tradicionales el primogénito goza de grandes privilegios; por eso se puede aplicar a este título la idea de superioridad y de excelencia, sin que tengamos que pensar en otros hermanos menores.
          Respecto a lo que afirmaban los arrianos, que primogénito, habla es del orden en las criaturas, por su parte las fórmulas del v. 16 se oponen a ello: si todo ha sido creado por él, él no puede ser una criatura. En Rom 8:29 el apóstol resume así el plan divino: “Dios los predestinó a que fueran conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea el primogénito de una multitud de hermanos”. Remontándose del orden de la redención al de la creación, Pablo refirió el título de primogénito a Cristo, imagen de Dios.

La creación por el Hijo. El verbo crear (ktizein) se utiliza en aoristo, referido al acto mismo de la creación, mientras que el v. 17 (todo se mantiene en él) se refiere a la permanencia del universo. El “pasivo divino” da a entender, sin nombrarlo directamente, que Dios es el autor de la creación, pero Dios actúa en el Hijo, su Imagen, por él y para él. Se observa el juego sutil de las preposiciones usadas en el texto de acuerdo con las preocupaciones filosóficas de la época: “por medio de qué”, “con qué” y “para qué”. “por medio de qué" es la causa, “de qué” es la materia, “con qué” es el instrumento, “para qué” es el motivo. Entonces, la causa de todo lo que hay es Dios, por quien ha sido hecho todo; es decir, la materia, los cuatro elementos de que está mezclado el mundo. Su instrumento es el Logos de Dios, con cuya ayuda ha sido todo construido, y por ultimo, el motivo de la construcción, el cual es la bondad del arquitecto.[13]

El primogénito de la creación (v 15-17)

        En esta primera parte de los versículos 15 al 17, este himno afirma una primera tesis en el versículo 15, indicando que Cristo es la imagen del Dios invisible, tesis que se desarrolla en profundidad en los v16 y 17, explicando por qué es su imagen. El himno comienza atribuyendo a Cristo el título de imagen (eikon) de Dios.

       Lo que se pretende debatir es lo que dicen los gnósticos  acerca de Jesús; que él es el Logos, el primogénito (creatura de Dios), el más antiguo de los ángeles, cabeza en cierto modo de los ángeles (arcángel), tiene muchos nombres: se le llama Comienzo, Nombre de Dios, el vidente de Israel.[14] Pablo refuta lo anterior diciendo que solo en Cristo se puede ver o contemplar la invisibilidad de Dios (Jn 1.18; 6:46; 14,9;2 Co 4,4-6;1 Ti 6:16; He 11:27) puesto que es solo bajo la investidura del Espíritu Santo, cuando se inicia el hecho de ser nuevas criaturas que se puede llegar al conocimiento verdadero y pleno de Cristo y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno (Co 3,10).  Cristo es la forma visible de Dios, él existe desde antes de la creación, no es criatura.

     También, el himno en el versículo 15, afirma una segunda tesis acerca de quién es el primogénito de todas las cosas creadas, es decir que Cristo es anterior y superior a la creación, con su poder creó lo que hay en el cielo y en la tierra, lo visible y lo invisible (seres espirituales, poderes, autoridades o gobernantes). Su supremacía impera sobre todo poder y dominio. Cristo es el agente por medio del cual la creación llego a su existencia, se resalta la primacía de él sobre todo lo que ha sido creado incluida la iglesia naciente En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios (Jn 1,1-2) texto que hace alusión a Gn 1:1 y en (Rom 8,29) el apóstol resume así el plan divino: “Dios los predestinó a que fueran conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea el primogénito de una multitud de hermanos”. Remontándose del orden de la redención al de la creación, Pablo refirió el título de primogénito a Cristo, imagen de Dios.

      Pablo añade en el versículo 17 “Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente” recalcando la supremacía de dignidad absoluta de Cristo sobre todas las cosas, en el libro de la sabiduría (Sab 1:7) “En efecto, el Espíritu del Señor llena la tierra, da consistencia al universo y conoce lo que dice el hombre”. Es aquí como al “primogénito de la creación” a quien se le atribuye el papel de mantener todo el universo en el orden querido por Dios. Dios es el autor de la creación, pero Dios actúa en el Hijo, su Imagen, por él y para él, manteniendo el orden del universo.[15] Así es como tiene la primacía en todo, según la tesis fundamental de esta epístola.

El primogénito de la iglesia y de la resurrección (v 18-20)

           El himno afirma en el versículo 18 la tercera tesis, que él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. La expresión “cabeza” significa la autoridad suprema.[16] Pablo quiere dejar claro la importancia de que el cuerpo de Cristo (iglesia) debe vivir en la verdad haciendo caso omiso a las herejías que se estaban presentando.  En la iglesia de Éfeso, se puede notar qué estaba sucediendo allí, en Efesios 4: 14-19, Pablo se está refiriendo a la iglesia como cuerpo de Cristo para invitar a su unidad: Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. Por su acción todo el cuerpo crece y se edifica en amor, sostenido y ajustado por todos los ligamentos, según la actividad propia de cada miembro. Así que les digo esto y les insisto en el Señor: no vivan más con pensamientos frívolos como los paganos. A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de su corazón, estos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios. Han perdido toda vergüenza, se han entregado a la inmoralidad, y no se sacian de cometer toda clase de actos indecentes. También en 1 Cor 12, Pablo define la importancia de cada uno de los miembros como parte del cuerpo siendo la cabeza Cristo.

      En este mismo versículo el himno afirma la cuarta tesis, que Cristo es el principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero. La estrofa comienza atribuyendo el título “comienzo” (arché) al Hijo, un título que hace pensar en el comienzo mismo del Génesis.[17] Esto es recurrente en la primera y segunda parte del pasaje. Pablo insiste también a los Corintios que Cristo es el primogénito de la resurrección, diciéndoles: “¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? …si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes… Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron (1 Cor 15:12-15).

          Para explicar estas dos tesis, Pablo indica en el versículo 19 que a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud, la razón es que Dios quiso que habitara en él todo el pleroma (plenitud). En una perspectiva cósmica se puede comprender que todo el universo “habita” en él.[18] En Éfeso Pablo también confronta esta verdad diciendo: que Dios actuó en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero. Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. Esta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo. (Efesios 1: 20-23). Es maravilloso como Pablo concluye diciendo que el cuerpo “iglesia” es su plenitud.

            También Pablo sustenta las dos tesis indicado en el versículo 20, que por medio de él fueron reconciliadas consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. Ya que en Cristo están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, y en élhabita corporalmente toda la plenitud de la divinidad”. Por eso mismo puede cumplir con su oficio de mediador en el universo que hay que reconciliar.[19] Jesucristo siendo el mismo Dios, fue el creador de todas las cosas. Sin embargo, a causa del pecado, la maldición fue dada a la creación. La mujer y el hombre se apartaron de la presencia de Dios Gn 3:16-18. Pero Dios quiso reconciliar por medio de su Hijo toda la creación v 20 y al hombre como también lo dice Pablo en 2 Cor 15: 17-20:  Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo, Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es que en Cristo Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación! Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: “En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”. Es así como Cristo reconcilia la creación, trayendo paz por medio de su sangre derramada en la cruz.

2.2.      Idea Central
             Cristo es el primogénito de la creación, de la iglesia y de la resurrección.

2.3.      Síntesis

   Cristo es la forma visible de Dios, él existe desde antes de la creación y con su poder creó lo que hay en el cielo y en la tierra, lo visible y lo invisible (seres espirituales, poderes, autoridades o gobernantes). Su supremacía impera sobre todo poder y dominio. Cristo es el agente por medio del cual la creación llegó a su existencia. Todo lo creó por medio de él y para él, manteniendo el orden del universo. Dios lo ha dado por cabeza de la iglesia y él tiene la preeminencia desde la eternidad en la vida, en la muerte y en la resurrección para reconciliar todas las cosas con el Padre por medio del sacrificio de Cristo.

Conclusión

Colosenses 1 :15-20 es un himno que expone magistralmente la supremacía de Cristo, situándolo como el origen y la razón de todo. Pablo lo presenta a través de los versículos de este pasaje como la imagen del Dios invisible, el primogénito de la creación, la cabeza o autoridad suprema de la iglesia, el primero en la resurrección y el medio de la reconciliación del Padre con toda la creación a través de la sangre derramada en su sacrificio. Estos fueron argumentos suficientes para desvirtuar las doctrinas y herejías que promulgaban los falsos maestros que se habían levantado por aquella época en la ciudad de Colosas y que estaban permeando la iglesia. El himno cumple una gran función pedagógica, el uso efectivo de este por parte de Pablo dio mayor fuerza a la refutación de tales herejías y fue más memorable por ser un instrumento que facilita la recordación, interiorización y transmisión de tales verdades fundamentales a todo aquel que leyera o escuchara el texto.

Aplicación

             Como buen teólogo, Pablo en nuestro pasaje, echa mano de un recurso tan sencillo pero eficaz como lo es el canto para llevar a su auditorio a pensar su fe, dada la inclinación muy de moda en aquella época como en la nuestra; la búsqueda del conocimiento. Un detalle muy importante para notar es que en el NT algunas de las declaraciones cristológicas más importantes se dicen cantando (Fil 2:5-11; 1 Tim 1:16; Ap 5:9-14).[20] En nuestro caso, se utiliza el canto para responder a la pregunta definitiva y fundamental para asegurar el alma y el destino eterno de cualquier creyente tanto del primer siglo como del presente: ¿Quién es Cristo?, y derivándose de lo anterior ¿Cómo y de qué manera Cristo ha llegado a relacionarse con los Colosenses, y por ende con nosotros su iglesia? Por tanto, estamos ante un himno eminentemente cristológico, es decir, trata de Cristo y su obra. Algunas afirmaciones importantes que hace el himno respecto a Cristo son:

1). Cristo es el creador, 1:15-17.

2). Cristo el reconciliador, 1:18-20.

3). Cristo el santificador, 1:21-23.

            Todo el himno como ya se dijo en una ocasión anterior, tiene como propósito superar el dualismo gnóstico de la época, la Cristología dual, e integrar a Cristo con la redención, con la creación (cosa inconcebible para aquella época), con la comunidad y con Dios mismo, yendo en contra de la Cristología doceta (Cristo tenía era una apariencia humana, Dios no puede hacerse humano) y dualista griega (Toda la materia es mala y solo lo espiritual es lo bueno). En nuestro caso, este canto sirve para ayudarnos a despojar de los falsos dilemas o polarizaciones que la posmodernidad como filosofía de este siglo por así decirlo, nos ha impuesto; a saber, la distinción entre la vida espiritual y la secular; entre la iglesia y el trabajo; entre el culto y la vida cotidiana; la filosofía de este siglo llamada modernidad ha fragmentado el todo, reduciéndonos al relativismo, a la separación de las esferas de la vida; a la distinción entre verdad privada y verdad publica; donde solo es verdad lo que cada uno cree en lo privado, ya que una expresión pública de alguna creencia es considerado un acto contrario a la norma social y acarearía sanciones  o  bulling, reduciéndonos a un mundo o verdad del fragmento. Cabe preguntarnos ¿Qué es mas espiritual? ¿ir a al culto en la iglesia o ir a la oficina al trabajo? Las dos cosas son espirituales, el Espíritu viene para integrar nuestras vidas. Tal conocimiento de Dios en la persona y obra de Cristo mostrado en este himno, nos invita y convoca como iglesia a una actuación concreta a partir de ese conocimiento correcto de Dios; a una correcta adoración de Dios en nuestra realidad, la cual implica vivir y agradarle siempre en todo y en todas las áreas de la vida, cualquiera que sea el lugar, momento o circunstancia de nuestra existencia; nos invita a confesar y exaltar a Cristo a viva voz dejando clara su identidad, su obra mediadora, reconciliadora e integradora en los distintos escenarios. Esto nos ayuda también a la configuración de una cosmovisión cristiana integradora, es decir, una forma de ver y evaluar al mundo desde la experiencia de Dios en Cristo con nosotros, no desde la óptica sectaria, excluyente, polarizadora y partidista que divide; rojos o azules, los del si o los del no, los de Apolo o de Pablo. Cuando la Palabra se vuelve concreta en nuestra vida, generara reacciones a nuestro alrededor que por su puesto incomodaran a otros, pero también generara esperanza y salvación por medio de nuestro servicio a los que son excluidos de esta sociedad, a los marginados y olvidados, a los nadie. Que el Señor con su gracia nos ayude!
Por Néstor Alejandro García, Luis Fernando Guarín Rodriguez, Natalia Moreno Andrade, Paola Andrea Noreña Cardona. Ensayo presentado en el curso de la asignatura Métodos de estudio bíblico. IMM, 2017.


[1] William Hendriksen, Comentario del Nuevo Testamento: Colosenses y Filemón (Grand Rapids: Libros Desafío, 2007), 23.

[2] Hendriksen, W. Comentario al Nuevo Testamento, 81.

[3] Hendriksen, W. Comentario al Nuevo Testamento, 83–84.

[4] Craig S. Keener, The IVP Bible background commentary: New Testament (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1993), 566,570.

[5] William Barclay, ed., The letters to the Philippians, Colossians, and Thessalonians, electronic ed., The Daily Study Bible Series (Philadelphia: The Westminster John Knox Press, 1975), 113–116.

[6] Anthony Lee Ash, Philippians, Colossians & Philemon, Col 1.15–20. The College Press NIV Commentary (Joplin, MO: College Press, 1994).
[7] Mundo Hispano, Comentario bíblico, Tomo 2.1 Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses Y Filemón, 188-189. 

[8] Peter Gorday, La Biblia comentada por los Padres de la iglesia y otros autores de la época patrística, Nuevo testamento 9. Colosenses, 1-2 Tesalonicenses, 1-2 Timoteo, Tito, (Ciudad Nueva: Madrid, 2002), 63.

[9] William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento - Tomo 11, Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses, 57.

[10] Edouard Cothenet, Las cartas a los colosenses y a los efesios (Estella: Verbo divino, 1994), 16.

[11] Cothenet, Las cartas a los colosenses, 16.

[12] William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento, 56.

[13] Cothenet, Las cartas a los colosenses, 17-18.

[14] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 16.

[15] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 17-18.

[16] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 19-20.

[17] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 20-21.

[18] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 21-22.

[19] Cothenet, Las cartas a los Colosenses, 21-22.

[20] Douglas Mangum, The Lexham Glossary of Literary Types (Bellingham, WA: Lexham Press, 2014), 77.

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